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Hay cosas que no encontrarás en la Wikipedia, y en TMKF nos gusta compartir nuestra experiencia y conocimiento del target infantil y adolescente. Aquí tienes tu espacio de marketing para aprender más sobre la Generación Alfa y la Generación Z.

Marketing experiencial en verano sin pantallas

Tres niños sonrientes mirando a cámara en la playa durante el verano

Tiempo libre, luz y mochilas llenas de ganas. Para las familias supone la oportunidad de reconectar, salir de la rutina y, sobre todo, buscar experiencias que aporten algo más que entretenimiento rápido. Para niños y adolescentes, es el único momento del año donde el tiempo parece estirarse… y con él, su necesidad de explorar, moverse y crear sin filtros. Y para las marcas, el verano es un gran momento para ofrecer un marketing experiencial sin pantallas.

¿Y las marcas? Tienen ante sí una oportunidad única: conectar con la Generación Z y Alpha desde el mundo físico, sin pantallas de por medio, sin algoritmos de por medio… y con mucho por descubrir.

¿Por qué se valoran más las actividades experienciales en verano?

Durante el curso, niños y adolescentes pasan gran parte de su día rodeados de estímulos digitales: clases online, deberes en plataformas, ocio en TikTok o YouTube, comunicación por WhatsApp. Lo digital no es opcional: es el medio.

Pero en verano, ese entorno cambia. El colegio desaparece del mapa. El control horario también. Y con él, crece el deseo de vivir experiencias que no puedan descargarse. Campamentos, actividades al aire libre, talleres creativos, rutas en familia o visitas culturales se convierten en el nuevo ecosistema.

En este nuevo contexto, el marketing experiencial cobra más sentido que nunca.

¿Qué es el marketing experiencial (y por qué funciona)?

El marketing experiencial es aquel que va más allá del mensaje: crea vivencias, activa emociones, genera recuerdos. No vende productos, sino momentos. Y en el caso del público infantil y juvenil, esos momentos tienen el poder de marcar para siempre la percepción de una marca.

Desde un taller de cocina en un hotel familiar, hasta una actividad de ciencia en un campamento de verano o un club infantil con personajes diseñados para el lugar… lo experiencial se convierte en una extensión del juego, del aprendizaje y del vínculo.

Además, en un entorno saturado de estímulos digitales, las experiencias reales tienen un valor añadido: dejan huella emocional sin pedir atención a gritos.

¿Cómo pueden las marcas conectar con los más jóvenes a través de experiencias reales?

1. Diseñando actividades significativas (y no solo divertidas)

Los niños y adolescentes de hoy no se conforman con “pasarlo bien”. Quieren entender, crear, elegir, expresar. Las experiencias más memorables son aquellas que les permiten ser protagonistas, descubrir algo nuevo o colaborar con otros.

2. Aliándose con los entornos clave: escuelas, campamentos, alojamientos

En verano, las familias delegan parte del ocio en terceros. Ahí es donde entran las escuelas de verano, los monitores, los clubes de actividades o los hoteles familiares. Las marcas pueden convertirse en aliadas ofreciendo materiales educativos, actividades temáticas o dinámicas que aporten valor real a estos espacios.

3. Creando universos coherentes

Una experiencia no es solo una actividad. Es un relato. Si diseñamos personajes, ambientaciones o narrativas propias (como en los clubes infantiles temáticos o en programas de talleres), generamos inmersión, pertenencia y recuerdo. No es lo mismo hacer manualidades que formar parte de “la tripulación del planeta X” durante toda una semana.

4. Activando el mundo físico y el digital sin que compitan

Lo experiencial no implica renunciar a lo digital. Las mejores campañas son las que comienzan en una tablet y acaban en la naturaleza, o viceversa. Un reto compartido en redes que se resuelve en un escape room físico. Una historia contada en vídeo que se completa con actividades presenciales. Lo importante es que cada canal tenga su lógica… y su magia.

Oportunidad para las marcas (y responsabilidad también)

Cuando hablamos de niños y adolescentes, hablamos de públicos en construcción, con derecho a vivir experiencias positivas, respetuosas y memorables. Por eso, el enfoque experiencial debe ir siempre acompañado de valores claros: sostenibilidad, diversidad, inclusión, educación, bienestar.

Y por eso, también, el verano no es un paréntesis comercial, sino un momento privilegiado para aportar experiencias que sumen a su desarrollo personal y familiar.

En TMKF lo tenemos claro

En TMKF llevamos más de 10 años diseñando experiencias educativas, creativas y significativas para niños, adolescentes y familias. Conectando con ellos y apoyándolos en su desarrollo.

Porque lo que vives de verdad, no se olvida.

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