En 1688, el médico Johannes Hofer, acuñó el término “nostalgia” para referirse a las sensaciones percibidas por aquellos suizos expatriados que deseaban volver a casa.

Si la nostalgia es esa tristeza melancólica por el recuerdo de un bien perdido, hay muchas cosas por las que no tienes que sentir ningún tipo de pena porque sí están. Esta es la base de una gran campaña de Bimbo que ha creado el término #Sistalgia porque hay recuerdos que siguen a nuestro alcance.

Pantera Rosa, Bony y Trigetón, los pastelitos legendarios de la marca vuelven para recordar a los adultos de hoy el sabor de sus meriendas de la infancia.

Recuerdos que vuelven a cobrar vida con el “Reproductor de la #Sistalgia”, uno de los elementos clave y más originales de esta nueva campaña. Con el paso del tiempo y la llegada del mundo digital, muchas grabaciones han quedado obsoletas, olvidadas en las estanterías de casa. Bimbo ha ofrecido la oportunidad de revivir esos recuerdos creando su particular “máquina del tiempo”, para volver a ver aquellas cintas y recuperar esos recuerdos tan especiales, convirtiendo la nostalgia en sistalgia.

Bimbo ha hecho con esta campaña una importante apuesta estratégica: apelar a lo emocional y dirigirse a los niños de ayer (padres de hoy) para que sean ellos los “evangelizadores” del producto en los chavales de hoy (sus hijos). Y de paso, porqué no, conseguir que los adultos vuelvan a convertirse en consumidores de sus productos.

Un estudio publicado recientemente en Social Cognitive and Affective Neuroscience (2015) ha confirmado que cuando se produce un sentimiento nostálgico no solo se activa el sistema de memoria de nuestro cerebro, sino también el de recompensa. Por eso los recuerdos nostálgicos son gratificantes.

¿Será esa el arma secreta de Bimbo para reactivar a sus consumidores de ayer y convertirlos en prescriptores de sus productos entre las nuevas generaciones?