Hace tiempo que el sector servicios de nuestro país ha descubierto el filón del target familiar, ofreciendo actividades y una atención adaptadas a las familias. A pesar de ello, el sector de la restauración parece resistirse a apostar por los niños y sus familias.

Ir a cenar con los hijos se está poniendo cada vez más complicado para las familias porque el número de restaurantes que “prohíben” la entrada a menores de 12 años con la excusa de no perturbar la tranquilidad del local y del resto de comensales, no para de crecer.

En la actualidad, son pocos los espacios para comer que facilitan la vida a las familias con cambiadores, mesas y sillas adaptadas a niños, zonas de juego, fácil aparcamiento… Una realidad muy alejada de la línea europea. Esta realidad ha contribuido al triunfo de cadenas de restauración de comida rápida como McDonald´s o Burger King, y no por la calidad del servicio o la comida, sino por ser los primeros en pensar en el público familiar.

A estas dificultades se suma la poca variedad que ofrecen las cartas infantiles, que no salen de los nuggets y los macarrones. Algo a lo que se opone la Guia mammaproof, que con su manifiesto #FoodieKids ha conseguido que más de 100 restaurantes participen en su iniciativa para adaptar un plato de la carta de temporada a “los requisitos infantiles”.

Así, poco a poco, los sellos Family Welcome se están poniendo de moda, y ya hay comercios que se interesan por satisfacer las necesidades de la familia y adaptarse a ellas.

¿Quién ganará la batalla, los espacios que apuesten por las familias o los que se decantan por dejar fuera a los niños?